Cáncer de cuello uterino: el más prevenible, pero en Ecuador, todavía es mortal.
26 de marzo Día Mundial de la Prevención del Cáncer del Cuello Uterino
El cáncer de cuello uterino es el segundo cáncer más frecuente entre las mujeres de América Latina, siendo la causa de muerte de 35.000 mujeres cada año y con un estimado de 83.000 mujeres diagnosticadas anualmente.
Las tasas de mortalidad por cáncer de cuello uterino son tres veces más altas en América Latina, y si las tendencias actuales continúan, se prevé que el número de muertes en las Américas aumente un 45% para 2030.
Ecuador no es la excepción, de acuerdo con los últimos datos de la Agencia Internacional de Cáncer y GLOBOCAN, en 2022 se diagnosticaron 1792 mujeres con cáncer de cérvix y fallecieron 939 mujeres ecuatorianas por esta causa, representando más del 52% de mortalidad por esta enfermedad.
El cáncer de cuello uterino es prevenible, a través de la vacunación del virus del papiloma humano (VPH) durante la adolescencia temprana, ya que el principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad es la infección por este virus, que además sea de alto riesgo, cause una lesión precursora, persista y no se trate adecuadamente.
Otros factores de riesgo son el inicio temprano de la vida sexual, múltiples parejas sexuales, tener un historial de enfermedades de transmisión sexual, antecedentes de inmunosupresión (defensas bajas) o el tabaquismo y afecta más a los países en vías de desarrollo por la falta de información y acceso a las vacunas.
El cáncer cervicouterino no presenta síntomas en sus etapas iniciales hasta que se desarrolla la enfermedad. El sangrado transvaginal posterior a las relaciones sexuales es el síntoma más común. Cuando el cáncer es más avanzado, las pacientes empiezan a tener síntomas intestinales y urinarios, inclusive con la aparición de fístulas hacia la vagina.
A pesar de los nuevos tratamientos de pacientes con cáncer de cuello uterino, en nuestro país, desde el 2020 hasta el 2022 hubo un incremento de 258 nuevos casos y 129 muertes en mujeres ecuatorianas, por lo que es necesario seguir trabajando en la mejora y difusión de las estrategias de prevención a través de:
- Prevención primaria: educación sobre factores de riesgo y vacunación a niños y niñas de 9 a 14 años.
- Prevención secundaria: Mujeres mayores 30 años, con detección con pruebas de alta precisión y tratamiento de lesiones precancerosas como el Papanicolau y pruebas de genotipificación.
- Prevención terciaria: Tratamiento oportuno y adecuado para pacientes con diagnóstico de cáncer invasor: Cirugía, radioterapia, quimioterapia o inmunoterapia.
"Una persona con una cardiopatía puede tener una vida normal, pero los padres y las familias deben tomar conciencia de que necesitan un control pediátrico y cardiológico periódico, cuidado diario e higiene para evitar infecciones que se puedan alojar en el corazón, como las de tipo dental
"
https://gco.iarc.who.int/media/globocan/factsheets/populations/218-ecuador-fact-sheet.pdf